Concierto: Lucybell, euforia y estreno
Por Manuel Maira
Corría la mitad del concierto y una fanática logró sortear el estricto control de seguridad para lanzarse al cuello de Claudio Valenzuela. Minutos más tarde la voz y guitarra de Lucybell era animado por miles de voces femeninas con el clásico "mijito rico". Dos escenas que calzan bien en un show de un apuesto artista romántico, pero considerando que la propuesta de Lucybell corre por un carril diametralmente opuesto, sirven como perfectas muestras del desbordante arrastre del trío nacional comprobado una vez más la noche del sábado en un repleto Estadio Víctor Jara.
Los gritos, aplausos, saltos, el incesante coro de la masa uniformada de negro, las antorchas en los lentos, y los cientos de cintillos y poleras de la banda fueron retribuidos con un extenso recorrido por la gran cantidad de caballos ganadores que acumula la historia de Lucybell.
Milagro, Sembrando en el Mar, Mil Caminos y una larga lista de hits pasaron en las dos horas y 45 minutos de concierto que mereció un mejor sonido y que sirvió para demostrar que Cote Foncea en batería es un digno sucesor del retirado Francisco González. Eso sí, aún debe calmar los ánimos para evitar algunos redobles innecesarios.
Para aceitar nuevo material pasaron Eternidad y Fe, dos energéticas canciones que dan luces de que Lucybell continuará su conquista de la región con el acelerador del rock un poco más a fondo.
Corría la mitad del concierto y una fanática logró sortear el estricto control de seguridad para lanzarse al cuello de Claudio Valenzuela. Minutos más tarde la voz y guitarra de Lucybell era animado por miles de voces femeninas con el clásico "mijito rico". Dos escenas que calzan bien en un show de un apuesto artista romántico, pero considerando que la propuesta de Lucybell corre por un carril diametralmente opuesto, sirven como perfectas muestras del desbordante arrastre del trío nacional comprobado una vez más la noche del sábado en un repleto Estadio Víctor Jara.
Los gritos, aplausos, saltos, el incesante coro de la masa uniformada de negro, las antorchas en los lentos, y los cientos de cintillos y poleras de la banda fueron retribuidos con un extenso recorrido por la gran cantidad de caballos ganadores que acumula la historia de Lucybell.
Milagro, Sembrando en el Mar, Mil Caminos y una larga lista de hits pasaron en las dos horas y 45 minutos de concierto que mereció un mejor sonido y que sirvió para demostrar que Cote Foncea en batería es un digno sucesor del retirado Francisco González. Eso sí, aún debe calmar los ánimos para evitar algunos redobles innecesarios.
Para aceitar nuevo material pasaron Eternidad y Fe, dos energéticas canciones que dan luces de que Lucybell continuará su conquista de la región con el acelerador del rock un poco más a fondo.
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